Efectivamente Homesanto. Se pierde una institución que durante muchos años ha dado un servicio de primera necesidad a Herrera y a muchos
pueblos. Primero fue mi abuelo Romualdo, seguido mi padre, Salvador y por último sus cinco hijos, que somos la quinta generación elaborando
pan. (Las dos primeras generaciones comenzaron en Melgar de Fernamental). Un saludo.