La Placilla del coche. Así se ha conocido durante años a la placilla de la Cárcel y más tarde Plaza de Calvo Sotelo, pues allí es donde llegaban los autocares de Burgos, "el coche (de) Burgos", el servicio de autocar a la Estación, "el coche (de) Manolo". Ëste último era un modelo viejo y un poco destartalado, pero con mucho encanto. Tenía una maletero en el "tejado" al que se accedía por una escalera plegable situada en la parte de atrás. Desde arriba, el ayudante alcanzaba los bultos a los viajeros que, desde abajo, alargaban sus brazos para recogerlos. Todavía era frecuente ver jaulas con gallinas, garrafones, y bultos y maletas de toda índole. Me viene a la memoria el día en que ví bajar de este autocar a tres personas de raza negra, la primera vez que ví personas de diferente raza, tendría yo 7 años, y me llamó muchísimo la atención la mujer, alta, elegante y guapísima.
El "coche Manolo" no bajaba a todos los trenes. Al menos no lo hacía al correo que llegaba de Madrid a las 5 o 6 de la mañana. Mi familia y yo tuvimos que subir "a patita" más de una vez, a esas horas, con frío o calor, pero siempre cargados de bultos. En otras ocasiones tenías la suerte de encontrar un taxí, incluso en una ocasión un señor con un carro llevó a mi hermano pequeño y cargó nuestros equipajes.
En la Placilla estaba el puesto de la "Señá" Nieves, justo debajo de la fuente que, por cierto, nunca conocí con agua. Los "chiguitos" probamos alli los primeros "saci". Pero la que mejor género tenía era la "Señá" Sión, persona encantadora y generosa. De ambos puestos hace interesantes referencias el Libro "Imágenes del Siglo XX"
El "coche Manolo" no bajaba a todos los trenes. Al menos no lo hacía al correo que llegaba de Madrid a las 5 o 6 de la mañana. Mi familia y yo tuvimos que subir "a patita" más de una vez, a esas horas, con frío o calor, pero siempre cargados de bultos. En otras ocasiones tenías la suerte de encontrar un taxí, incluso en una ocasión un señor con un carro llevó a mi hermano pequeño y cargó nuestros equipajes.
En la Placilla estaba el puesto de la "Señá" Nieves, justo debajo de la fuente que, por cierto, nunca conocí con agua. Los "chiguitos" probamos alli los primeros "saci". Pero la que mejor género tenía era la "Señá" Sión, persona encantadora y generosa. De ambos puestos hace interesantes referencias el Libro "Imágenes del Siglo XX"