Pues, ya me gustaría disponer de esos datos y otros. Recuerdo un texto: «Cada vez que mueren un hombre o una mujer viejos [...], toda una
biblioteca muere con ellos» (
Fuentes Espejo [Méx. 1992). Espero que con la ayuda de todos vayamos recomponiendo esta
información. Una fórmula puede ser hablar con los mayores del
pueblo, que seguro que recordarán sus nombres, sus historias...