Yo he conocido a un árbol
Que me quería bien.
Jamás supe su nombre,
No se lo pregunté
Y él nunca me dijo nada:
Cuestión de timidez.
Nunca vio mi silueta,
Era ciego al nacer,
Por eso a mí me quiso
Lo mismo que yo a él.
Le dije muchas cosas
Que a nadie más diré,
Más que a la vieja estrella
Que alguna vez hablé.