Las cigüeñas tenían, entonces, su nido en la torre de la iglesia. Esperabamos con ilusión su llegada. Su "tableteo" resonaba por todo el pueblo y alegraban el campo con su hermoso volar. Y no faltaban adivinanzas sobre las mismas:
- Es blanca como la nieve y negra como el carbón; las patas como una vela y el cuello como una hoz.
- Mis patas son largas, mi pico muy largo y monto mi casa en el campanario.
[GoogleBarVIP= 2]. Las cigueñas me traen recuerdos de la niñez. Con ellas venía la primavera o eso pensabamos. Sus figuras estilizadas llenaban de alegría el cielo y los campos. Su vuelo sorprendía por su elegancia...Y ahí siguen, sobre el cielo azul castellano.