Dar un paseo por el campo, aunque sea por el rastrojo con sus incomodidades, no deja de ser agradable. La vuelta a casa después del paseo de la tarde. María Luisa y yo miramos esta hermosa foto. Cantas el verano, alabas los rastrajos y engrandeces la vida familiar. El perro levanta la cola como sígno de su felicidad. Dona. Hasta el rastrojo resulta un lugar de paseo cuando llega el verano. Y nada mejor que ir en familia. El paseo se ha convertido un rito obligado para muchas personas. El camino del molino es una de las sendas preferidas. El camino asfaltado, llano, cerca del rio y preciosas vistas del campo y de la montaña palentina, convierten la caminata en un momento de salud y de encuntro. Para descansar nada mejor que la base del monumento de Sta. Maria.