Y esa montaña que podemos sentir fría y lejana se encuentra llena de vida. Por ejemplo, el valle de Tosande, dada la variedad de ecosistemas que alberga, propicia una fauna asimismo variada y abundante. Los frutos de hayas y robles proporcionan alimento a especies como el jabalí y el lirón careto. Como tantas otras zonas de la Montaña, Tosande es zona de paso para el oso. Abundan el ciervo y el corzo, que ramonean los brotes tiernos de los lejos, poniendo el peligro la regeneración de la especie. Entre las aves, podemos destacar los picos mediano y menor, mirlos, zorzales, collaba gris y curruca zarcera. También rapaces como el buitre, el azor, el águila culebrera y el cárabo.
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