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LA VID DE OJEDA: El señor Cayo se empinó, cortó un carraspo de la rama...

El señor Cayo se empinó, cortó un carraspo de la rama más baja y lo introdujo en la escriña, sacando el rabo por el agujero. Se llegó al chamizo, cogió el humeón y rellenó de paja el depósito. Parsimoniosamente raspó un fósforo y le prendió fuego. La paja ardía sin llama, como un pequeño brasero de picón de encina. Depositó el humeón en el suelo, tomó con un dedo una pella de miel y huntó las hojas exteriores del carraspo.
DVSC p. 94
-¿Me alcanza el humeón?
-¿El fuelle ese?
-El fuelle, sí señor.
CH p. 179
(...) el aparato ese, el humión, humeón, o como le digan
(Delibes).