LA VID DE OJEDA: Parece un gigante que nos mira de reojo. La verdad...

Parece un gigante que nos mira de reojo. La verdad es que de noche, impresionaba pasar a su lado, cuando eramos pequeños. Por otra parte, el pueblo, no estaba tan iluminado como ahora. Además, allí estaba la huesera, entre la torre y la iglesia. En la oscuridad de la noche se convertía en el ogro más temido.