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Escribe Froilán de Lozar, en el Diario Palentino (13/05/2006):
«La urbe contagia la pandemia de las pandemias porque, en realidad, a las capitales se las ha reducido casi exclusivamente a la categoría de espacio de consumo».
Yo tengo la impresión, y así se lo confieso a los amigos, que vivimos engañados, al límite de nuestras fuerzas, al borde de muchos precipicios que se denotan cada día más, en forma de depresiones, hartazgo, desilusión y sometimiento. Entramos en la dinámica de adquirir lo más bonito, lo más lujoso, lo más caro. Y acabamos prisioneros para siempre de una entidad bancaria, en una ciudad donde todo el mundo es extranjero...(http://blog.iespana.es/froilandelozar).
«La urbe contagia la pandemia de las pandemias porque, en realidad, a las capitales se las ha reducido casi exclusivamente a la categoría de espacio de consumo».
Yo tengo la impresión, y así se lo confieso a los amigos, que vivimos engañados, al límite de nuestras fuerzas, al borde de muchos precipicios que se denotan cada día más, en forma de depresiones, hartazgo, desilusión y sometimiento. Entramos en la dinámica de adquirir lo más bonito, lo más lujoso, lo más caro. Y acabamos prisioneros para siempre de una entidad bancaria, en una ciudad donde todo el mundo es extranjero...(http://blog.iespana.es/froilandelozar).