Subo la empinada
escalera cubierta de plantas silvestres que demuestran que nadie sube por ella, llego al porche y me aflige el abandono de esta
iglesia que debe venir de muy lejos. La
piedra enmascarada con una cubierta de cal que se cae, los
canecillos de piedra sencillos del
alero, que en su mitad han sido sustituidos por madera, la falta de
placa informativa, indica que nadie ha subido hasta ella en meses o años...
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