Monumentos:
Iglesia de San Esteban.
Tiene un ábside afirmado por estribos y con un austero y único ventanal. Los canecillos presentan excelentes figuras. Sobre la fachada meridional se eleva una sencilla y funcional espadaña de tres huecos. En su base, ahora cerrada por un porche, se abre la entrada, formada por cinco desnudas arquivoltas de medio punto. (54) Atesora un significativo ábside semicircular con estribos. Lo más llamativo de su portada, es la cornisa, con motivos referidos a los vicios que se materializan en un avaro que lleva colgada la bolsa de los dineros o una mujer brotando serpientes de los pechos. (61) El ábside se cubre con cuarto de esfera y el presbiterio y la nave lo hacen con cañón apuntado. (319)
Igl de San Vicente; pertenece al desaparecido pueblo de Villalaín. A mediados del XX estaba en ruinas, pero se podían distinguir su nave única rematada por una cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular. El tambor absidal se reforzaba con una pareja. Al interior, los muros del presbiterio se articulaban con dobles arcadas ciegas apuntadas. Dos vanos daban luz al interior. (319) web local (Círculo Románico)
Tiene un ábside afirmado por estribos y con un austero y único ventanal. Los canecillos presentan excelentes figuras. Sobre la fachada meridional se eleva una sencilla y funcional espadaña de tres huecos. En su base, ahora cerrada por un porche, se abre la entrada, formada por cinco desnudas arquivoltas de medio punto. (54) Atesora un significativo ábside semicircular con estribos. Lo más llamativo de su portada, es la cornisa, con motivos referidos a los vicios que se materializan en un avaro que lleva colgada la bolsa de los dineros o una mujer brotando serpientes de los pechos. (61) El ábside se cubre con cuarto de esfera y el presbiterio y la nave lo hacen con cañón apuntado. (319)
Igl de San Vicente; pertenece al desaparecido pueblo de Villalaín. A mediados del XX estaba en ruinas, pero se podían distinguir su nave única rematada por una cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular. El tambor absidal se reforzaba con una pareja. Al interior, los muros del presbiterio se articulaban con dobles arcadas ciegas apuntadas. Dos vanos daban luz al interior. (319) web local (Círculo Románico)