Ayer, por primera vez, visité Lores. Hacíamos un reportaje fotográfico de los pueblos de La Pernía y este era el último. Desde el momento en que bajé del coche, quedé alucinado por la belleza de este pueblo: sus casas, el paisaje. Mirase donde mirase era motivo de una instantanea. No teníamos mucho tiempo; pero al final la cámara digital registró ciento cincuenta y seis fotos. Esta es una cualquiera. ¡Que maravilla!