Hola Charo: Qué drama tan sobrecojedor-por Dios-a veces no confiamos en los niños/as, y son tan responsables como cualquier adulto.
Un vez, mi hermana Esther, había ido a ayudar la pastor (que estaban los
corrales al otro lado del
río, en el alto) era a época que ncía los corderitos, y vió la perro que tenía un corderito recién nacido en la boca.... ¡no era el perro, era el lobo! y ella pensando que era el perro del pastor, pobrecita, que miedo se llevó cuando en pastor se lo dijo.