Bueno! y lo de ir allá lejos, que ni me acuerdo, al fin del mundo, a por el trigo o centeno, ir cogiendo los haces, que se te clavaban los cañones en las piernas, que hacían un daño de mil demonios, y terminabas de cargar, bajando por unas cuestas que casi entornaban los
carros.
! De pelicula!! que duro durisimo!