El domingo dia 7 a las ocho de la mañana, toco el señor cura la campana para la misa, lo iglesia se lleno como era habitual y ayudado por dos monaguillos, de los cuales yo (Andres) era uno de ellos; comenzo la ceremonia y termino sin incidente alguno como era de desear. Al termino de la misa los monaguillos acompañabamos siempre al sr. cura a la sacristia; pues le ayudábamos a desprenderse de sus hábitos y por que no decirlo a recibir la propina que sabiamos nos iba a dar, pues la verdad es que nunca ... (ver texto completo)
Esta historia ya la contaban mis padres pero desde luego quien mejor la sabe es el protagonista