MANTINOS: Bueno, y lo de tener en la cocina secando las alubias....

Bueno, y lo de tener en la cocina secando las alubias. Dios mio! que entretenimiento!. Todo el tiempo desgranando aquellos montones de alubias y frejoles. Siempre estaba la trebede llena de esas historias, que cada vez que te sentabas, tenías que hacerlo encima de ellas. Persona que entraba en la cocina, persona que la tocaba ponerse a la tarea. No perdonaban, bueno!, casi que te ponías sin querer, como que querías pero te ponías, porque hasta parecía divertido. Era como un vicio. Una vez que te ponía, no podías parar, quería acabar con todo ese monton que había en la cocina. Pero cuando pensabas que casi lo tenías dominado y habías terminado con todo aquello, entraba por la puerta de la cocina alguien con otro montón, y venga!, otra vez a ponerlos a secar, a ponerlos delante de la lumbre y jorobarte el calor.
! Que historias!. Parecen de otro mundo.
Pero que bonitas de recordar!