Buenas tardes amigos y amigas de mi pueblo. Llevo 33 años como director de un colegio en Barcelona y quiero como profesional de la educación, hacer algunas reflexiones de la evolución de la educación en nuestro país. En primer lugar quiero agradecer a mis padres y hermanos el esfuerzo y sacrificio que hicieron para que yo pudiera estudiar. En todos estos años, me siento muy feliz de mi esfuerzo y dedicacón a lo que más me ha gustado en esta vida, ayudar a las personas que más necesitaban de mí. Quiero sobre todo, agradecer a mis antiguos alumnos, alumnas, a sus familias y a mis actuales alumnos, alumnas y sus familias el apoyo, comprensión y ayuda que me han dado en los momentos buenos y malos por los que ha pasado nuestro antiguo centro. Gracias a todos y todas. Ahora quiero explicar mi experiencia como niño en mi pueblo. Mi primer maestro en mi vida DON JOSE PEDRETE. Era natural de Galicia. Mis recuerdos como niño son muy negativos. Los castigos eran diarios. Siempre he sido para escribir con la izquierda. Se me ataba el brazo a la mesa para que aprendiera a escribir con la derecha. Creo que eran los tiempos que nos tocó vivir y no puedo recriminar nada A MI MAESTRO. Encender la estufa en invierno, no era lo mío. La leche en polvo y el queso me hicieron sufrir mucho. Ya que en el pueblo prácticamente todos teníamos vacas y ovejas. Recuerdo de esconder las carteras de cartón en algunos corrales, ir a buscar nidos y hacer campana. El Sr. Maestro iba de casa en casa a preguntar a nuestros padres porqué no habíamos ido a la escuela. Los padres muy sorprendidos, cuando llegábamos a casa y nos preguntaban sobre si habíamos ido o no a la escuela"TODO EL MUNDO SABE LO QUE NOS PASABA". Cuando Don José se enteró de que mis padres me llevaban a Carrión a estudiar con loa Hermanos Maristas dijo a mi madre: EVANGELINA NO TE GASTES UN DURO EN GUILLERMÍN QUE NO VALE PARA ESTUDIAR". Cuando él se encontraba enfermo y no podía asistir a la escuela, le sustituía Bodio EL COJO. Que despachaba en la cantina de Tomasete y Rosario. Cada día tenía que llevar los bolsillos llenos de ajos, para que cuando me daba en las manos me doliera menos. Eso me habían dicho los compañeros mayores que yo. Aquellas mimbres, zurriagas, libros en las manos, las rodillas sangrando me marcaron para siempre. Después de estas experiencias tan negativas, no he soportado nunca castigar a mis alumnos. Siempre he optado por el diálogo, el razonamiento, la comprensión y llegar a pactos con ellos. Gracias a Dios los tiempos han cambiado en todos los sentidos para mejor. El cura y el maestro en nuestro pueblo eran personajes sagrados. Te encontrabas con éllos y corriendo a besarles la mano. Yo lo que más hecho de menos en la educación actual: EL GRAN RESPETO QUE TENÍAMOS A NUESTROS MAYORES". Siempre me llamó la atención: El tío Tomás, la tía Rosario, el tío Andrés, la tía Felipa, el tío Aureliano, tío León, la tía Sofía... No eran familia, pero como si lo fuesen o más. Un abrazo a todos y todas las de mi pueblo de Guillermín.
Fermín y su pandilla te podrían contar un montón de anecdotas de la época de Pedrete, aunque en el libro se quiere contar más la vida de nuestros padres que la nuestra (es lo que a mi me parece que he entendido)
Según mi opinión, todos hemos tenido malos momentos con algún profe, yo la tuve con Dª Leo y eso que tendría unos siete u ocho años, pero recuerdo las buenas que son muchísimas más. Ahora también hay algunos de los de antes (supongo que fracasados). En cuanto al respeto de los mayores, no hay ni punto de comparación. Antes educaban los maestros los padres y todos los mayores del pueblo ¡qué respeto ¡Un saludo
Según mi opinión, todos hemos tenido malos momentos con algún profe, yo la tuve con Dª Leo y eso que tendría unos siete u ocho años, pero recuerdo las buenas que son muchísimas más. Ahora también hay algunos de los de antes (supongo que fracasados). En cuanto al respeto de los mayores, no hay ni punto de comparación. Antes educaban los maestros los padres y todos los mayores del pueblo ¡qué respeto ¡Un saludo