Pues era el día de la fiesta. Y a Ana Mari, su abuela la dió una peseta rubia, y yo se la quería quitas para comprar chuches. Como no lo conseguí, la mordí en la muñeca, y tiene la maraca! yo no me acordaba nada, pero ella si. Dios mío...
Y nos dimos una buena zurra; repito, la marca de los dientes la llevo yo; guapetona.