Nueve ayuntamientos y catorce juntas vecinales de la provincia de Palencia han solicitado a la Junta de Castilla y León aprovechamientos micológicos para la recogida de setas, según informó ayer en rueda de prensa el delegado territorial de la Junta, Luis Domingo González, ante el inminente comienzo de la campaña de recolección de hongos. Le acompañaban en su intervención ante los medios de comunicación Ovidio Vallejo, jefe de sección del Servicio Territorial de Medio Ambiente, y Carlos Lera, veterinario de la Junta.
De los 480 montes de utilidad pública que existen en la provincia están actualmente acotados para recoger setas 43, lo que supone casi el 10%. En los montes acotados solo pueden recoger setas personas con permiso, mientras que en los montes públicos no acotados no cabe ejercer aprovechamientos micológicos, «aunque se tolera la recolección episódica en pequeñas cantidades por persona y para consumo propio», precisó el jefe de sección del Servicio Territorial de Medio Ambiente.
Hace unas décadas, el número de personas que recogían setas en Palencia era mínimo, al contrario de lo que ocurría en otras provincias, donde la costumbre estaba más extendida. Sin embargo, con el paso de los años, este índice ha crecido exponencialmente, lo que ha obligado a las administraciones a ejercer un determinado control. «Tradicionalmente, las setas eran un fruto del bosque que no tenían dueño, de libre recolección y por tanto cambiar esa tendencia a veces no es sencillo», señaló ayer el delegado de la Junta, quien incidió en que Palencia fue una de las provincias pioneras en regular estos aprovechamientos y, concretamente, fue el Ayuntamiento de Ledigos el primero en hacerlo en el año 1993.
Esta regulación va aumentando en superficie año tras año. Actualmente, son casi 24.000 las hectáreas reguladas, y en torno al 13% del total tienen esa licencia de aprovechamiento.
Las setas silvestres tienen un potencial de 31.500 toneladas en Castilla y León, lo que supone unos 65 millones de euros y moviliza a 75.000 recolectores comerciales y unos 400.000 recolectores recreativos. En la provincia de Palencia, los dos tipos de setas más recolectados son el níscalo y el boletus pinícola.
De los 480 montes de utilidad pública que existen en la provincia están actualmente acotados para recoger setas 43, lo que supone casi el 10%. En los montes acotados solo pueden recoger setas personas con permiso, mientras que en los montes públicos no acotados no cabe ejercer aprovechamientos micológicos, «aunque se tolera la recolección episódica en pequeñas cantidades por persona y para consumo propio», precisó el jefe de sección del Servicio Territorial de Medio Ambiente.
Hace unas décadas, el número de personas que recogían setas en Palencia era mínimo, al contrario de lo que ocurría en otras provincias, donde la costumbre estaba más extendida. Sin embargo, con el paso de los años, este índice ha crecido exponencialmente, lo que ha obligado a las administraciones a ejercer un determinado control. «Tradicionalmente, las setas eran un fruto del bosque que no tenían dueño, de libre recolección y por tanto cambiar esa tendencia a veces no es sencillo», señaló ayer el delegado de la Junta, quien incidió en que Palencia fue una de las provincias pioneras en regular estos aprovechamientos y, concretamente, fue el Ayuntamiento de Ledigos el primero en hacerlo en el año 1993.
Esta regulación va aumentando en superficie año tras año. Actualmente, son casi 24.000 las hectáreas reguladas, y en torno al 13% del total tienen esa licencia de aprovechamiento.
Las setas silvestres tienen un potencial de 31.500 toneladas en Castilla y León, lo que supone unos 65 millones de euros y moviliza a 75.000 recolectores comerciales y unos 400.000 recolectores recreativos. En la provincia de Palencia, los dos tipos de setas más recolectados son el níscalo y el boletus pinícola.