HACER JABÓN
Ingredientes: Si se hace con buen sebo, la proporción es de 6kg de sosa y hasta 8 litros de agua. Empleando aceite viejo la cantidad de agua es menor.
Modo de hacerlo.
Se preparaba un molde, forrando todos sus lados con papel de periódico. Las mujeres casi siempre preferían un celemín pues al tener tres compartimentos no cabía mucha cantidad en ellos y por ese motivo se cortaba mejor.
Seguidamente en un recipiente metálico mezclaban el sebo, grasa o tocino rancio con el agua hirviendo y la sosa, dando vueltas con un palo u objeto similar hasta que deshiciera todo y comenzara a cuajar. Debían tener mucho cuidado de no tocar la mezcla para no producir quemaduras.
Después se llenaba el recipiente y cuando comenzaba a endurecerse y ya no manchaba el cuchillo lo volcaban en el suelo sobre unos papeles para partirlo según gustos o preferencias. Tras un tiempo reposando para endurecerse ya lo podían usar.
Al principio era un poco molesto hasta que el papel de periódico se desprendía, para conseguirlo lo usaban por todas las caras. Hacía menos espuma que los jabones comerciales pero las manchas desaparecían y la ropa blanca quedaba de maravilla.
Hoy se sigue con pequeñas variaciones. No se forra y vale cualquier cajón o recipiente bajo. Lo que más se usa es aceite usado porque es mucho más cómodo y apenas hay que remover.
También se suele añadir un puñado de detergente en polvo pues así hace más espuma.
Ingredientes: Si se hace con buen sebo, la proporción es de 6kg de sosa y hasta 8 litros de agua. Empleando aceite viejo la cantidad de agua es menor.
Modo de hacerlo.
Se preparaba un molde, forrando todos sus lados con papel de periódico. Las mujeres casi siempre preferían un celemín pues al tener tres compartimentos no cabía mucha cantidad en ellos y por ese motivo se cortaba mejor.
Seguidamente en un recipiente metálico mezclaban el sebo, grasa o tocino rancio con el agua hirviendo y la sosa, dando vueltas con un palo u objeto similar hasta que deshiciera todo y comenzara a cuajar. Debían tener mucho cuidado de no tocar la mezcla para no producir quemaduras.
Después se llenaba el recipiente y cuando comenzaba a endurecerse y ya no manchaba el cuchillo lo volcaban en el suelo sobre unos papeles para partirlo según gustos o preferencias. Tras un tiempo reposando para endurecerse ya lo podían usar.
Al principio era un poco molesto hasta que el papel de periódico se desprendía, para conseguirlo lo usaban por todas las caras. Hacía menos espuma que los jabones comerciales pero las manchas desaparecían y la ropa blanca quedaba de maravilla.
Hoy se sigue con pequeñas variaciones. No se forra y vale cualquier cajón o recipiente bajo. Lo que más se usa es aceite usado porque es mucho más cómodo y apenas hay que remover.
También se suele añadir un puñado de detergente en polvo pues así hace más espuma.