Cada vez que veo estos campos de este color y así de secos me recuerdan los calores y penurias que se pasaban en los veranos de segar y trillar. A mi por edad, no me tocó tanto como a mis padres, tíos y abuelos, pero lo justo para saber que es muy pero que muy duro,! No me gustaría volver a pasarlo!. Eran veranos muy cansinos.