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MANTINOS: Concurso de tapas...

Concurso de tapas
Los manjares de la Montaña Palentina
El guardense Steven Liébana, cocinero del restaurante palentino ‘Quintaesencia’, participará con su tapa ‘Homenaje a Palencia’ en el Concurso Nacional ‘Ciudad de Valladolid
DPSANDRA MACHO
El mundo de la cocina se ha convertido en los últimos tiempos en todo un arte.
Las nuevas técnicas gastronómicas han conseguido crear sabores y texturas de lo más futuristas e impensables hace unos años.
Pues bien, de esto sabe mucho el joven guardense Steven Liébana, cocinero del restaurante palentino Quintaesencia, y finalista en el Concurso Nacional de Tapas Ciudad de Valladolid que se desarrollará desde el próximo lunes hasta el miércoles en el paseo Recoletos de la capital vallisoletana.
Su creación lleva por título Homenaje a Palencia. Se trata de una suculenta tapa en la que ha combinado productos tan palentinos como las truchas, huevas, cebollas de Palenzuela, caldo de carbón de las cuencas mineras de Guardo y extracto de humo. A todo esto, y con el fin de obtener un efecto espectacular, añade anhídrido carbónico a una temperatura de menos 60 grados.
«He querido combinar productos de Palencia vinculados con la Montaña Palentina para homenajear a mi tierra», apunta Liébana.
La creación del guardense ha sido seleccionada junto con otras 80 propuestas de cocineros de toda España.
SEGUNDO AÑO. Este es el segundo año que el restaurante Quintaesencia es finalista en este concurso a nivel nacional.
Liébana explica que el año pasado «la tapa que presentamos era más clásica. Utilizamos papada de cerdo, membrillo y semilla de amapola, es decir, mezclamos lo salado con lo dulce y nos dimos cuenta de que lo que se busca es la espectacularidad y la puesta en escena, sin dejar de lado la calidad de la tapa».
Steven Liébana cuenta con 25 años y a pesar de su corta edad ya ha trabajado en diversos restaurantes del norte de la geografía española como en Cantabria y en el País Vasco y de otros países como Sicilia y Francia. «Es importante aprender un poco de cada maestro», opina Liébana.
Su afición por el mundo de la cocina comenzó desde muy pequeño. Con tan solo 17 años decidió abandonar Guardo para iniciar estudios culinarios.
Este joven cocinero confiesa que por el momento no se ha planteado alcanzar ninguna meta en lo que a la cocina respecta porque «lo más importante es acudir cada día al trabajo con ganas e ilusión, saber que el trabajo lo estás haciendo bien y que los clientes se levanten de la mesa contentos», matiza.