Los
girasoles sólo miran al sol cuando son jóvenes. Una vez que crecen y maduran, se quedan en una posición fija, mirando hacia el Este, por donde sale el sol. ¿Y durante la
noche? Se inclinan y realizan movimientos al azar. Cuando amanece y sale el sol de nuevo, la
flor se volverá a orientar hacia él, empezando el ciclo.