Si nos fuera posible elegir entre la actual y la que había en 1580, no sólo nos quedaríamos con la actual sin lugar a dudas, sino que nos quedaríamos un tanto decepcionados de la antigua.
Ambas se alzaban en el mismo emplazamiento de la actualidad, pero mientras que de la torre se decía: “que se quería caer”, hasta el punto que hubo que derrocarla y rehacerla desde los mismos cimientos, y ese mismo año para terminar en el siguiente.
De la Iglesia podemos decir que, además...