La hizo en 1775el maestro retablista Manuel Caicedo, por 3.300 reales más 670 del valor de los tablones y machones de nogal empleados en su construcción y otros 499 valor de las tablas y cuartones empleados para armazón y hechura de los cajones y para entarimar el suelo de la sacristía. La mano de obra de este entarimado importó 197 reales.
Consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.