EL ACTUAL RETABLO MAYOR
A mediados del s. XVIII, el pueblo de Marcilla tenía muchas ganas de “poner a su Iglesia con lucimiento”, ¡vaya si lo consiguió!. Primero las bóvedas de las naves colaterales, seis años después el órgano, a continuación nada menos que 4 retablos vistosos y bien dorados y luego la cajonería de la sacristía.
En 1762 llamó mucho la atención el grandioso retablo mayor que acababa de hacer el maestro arquitecto de Palencia: Francisco Tejedor, aunque faltaban 8 años todavía parea que adquiriera toda su belleza con el brillo del dorado. Los beneficiados de Marcilla tenían muchas ganas de encomendarle la construcción del nuevo Retablo Mayor y por parte del Obispado no hubo el menor inconveniente una vez vistas las trazas, condiciones y valoración, que el mismo maestro había presentado. Por lo que el 24-8-1764 se obligaba a construir por 8.500 reales que eran los convenidos.
Por los prot. Notariales de Ambrosio Estébanez (A. H. P. P. caja nº 6407, F. 3 y 4 del legajo de 1764), conocemos con detalle esta escritura de obligación, así como las condiciones) Para más información, consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
Algunas de las condiciones que aparecen en el documento mencionado son, por ejemplo:
• Ha de ser cuenta del dicho maestro el porte de dicha obra, y el trabajo de asentar dicho retablo ha de ser cuenta de la Iglesia.
• Ha de ser de mi obligación (maestro arquitecto) hacer una Ntra. Señora de la Asunción de dos baras de alta con el piso de nubes, y que se ha de colocar en la caja principal. Y otros dos santos San Pedro y San Pablo para las cajas de los intercolumnios y otra de San Andrés para la caja del cerramiento (parte alta del retablo). Y asimismo se ha de colocar en los óvalos de las tarjetas de los intercolumnios: la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento y la Adoración de los Reyes.
• Y con estas condiciones me obligo a hacer la referida obra en todo el mes de mayo del año que viene de 1765. Y estando presentes los beneficiados: D. Antonio Gómez, D. Francisco Estébanez y D. Cipriano Diez se firmó en Marcilla el 24-8-1764.
Como era de esperar, en mayo de 1765 ya tenía conclído su trabajo y le pagaron los 8500 reales. Por su parte, en este mismo año y sin pérdida de tiempo, el maestro dorador: Bartolomé Basco Angulo le decoraba por 8400 reales y estofaba por otros 1900 reales, las 4 imágenes que se acababan de tallar para ocupar las hornacinas del retablo: La Asunción, S. Pedro, S. Pablo y S. Andrés.
Este retablo Mayor de Marcilla, dentro de sus proporciones normales, está entallado con mucho gusto y presenta un dorado de calidad que resalta su belleza, así como un estofado gracioso, que da vida a las imágenes y a los relieves de las tarjetas: Nacimiento, Adoración de los Reyes, Visitación y Anunciación, que destacan sobre los demás adornos del conjunto.
La imagen de san Andrés, nos recuerda a la antigua y modesta ermita a él dedicada,. Desaparecida hace más de dos siglos y medio. Con esta imagen nueva, en lugar tan destacado, seguirá su recuerdo por más generaciones.
La imagen de la Asunción, graciosa y bien lograda nos recuerda a la Patrona, que con esta advocación ya era conocida en la 2ª mitad del s. XVII, como en los siglos anteriores se la conocía con la de Ntra. Señora, simplemente o la de Ntra. Señora Santa María.
Y por último, para seguir recordando los cuadros del retablo anterior (hoy en el Museo Diocesano de Palencia) pero ahora en relieve, las imágenes de S. Pedro y S. Pablo, en representación de los apóstoles y los cuatro relieves de la historia de la Virgen, ya mencionados anteriormente.
Consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
A mediados del s. XVIII, el pueblo de Marcilla tenía muchas ganas de “poner a su Iglesia con lucimiento”, ¡vaya si lo consiguió!. Primero las bóvedas de las naves colaterales, seis años después el órgano, a continuación nada menos que 4 retablos vistosos y bien dorados y luego la cajonería de la sacristía.
En 1762 llamó mucho la atención el grandioso retablo mayor que acababa de hacer el maestro arquitecto de Palencia: Francisco Tejedor, aunque faltaban 8 años todavía parea que adquiriera toda su belleza con el brillo del dorado. Los beneficiados de Marcilla tenían muchas ganas de encomendarle la construcción del nuevo Retablo Mayor y por parte del Obispado no hubo el menor inconveniente una vez vistas las trazas, condiciones y valoración, que el mismo maestro había presentado. Por lo que el 24-8-1764 se obligaba a construir por 8.500 reales que eran los convenidos.
Por los prot. Notariales de Ambrosio Estébanez (A. H. P. P. caja nº 6407, F. 3 y 4 del legajo de 1764), conocemos con detalle esta escritura de obligación, así como las condiciones) Para más información, consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
Algunas de las condiciones que aparecen en el documento mencionado son, por ejemplo:
• Ha de ser cuenta del dicho maestro el porte de dicha obra, y el trabajo de asentar dicho retablo ha de ser cuenta de la Iglesia.
• Ha de ser de mi obligación (maestro arquitecto) hacer una Ntra. Señora de la Asunción de dos baras de alta con el piso de nubes, y que se ha de colocar en la caja principal. Y otros dos santos San Pedro y San Pablo para las cajas de los intercolumnios y otra de San Andrés para la caja del cerramiento (parte alta del retablo). Y asimismo se ha de colocar en los óvalos de las tarjetas de los intercolumnios: la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento y la Adoración de los Reyes.
• Y con estas condiciones me obligo a hacer la referida obra en todo el mes de mayo del año que viene de 1765. Y estando presentes los beneficiados: D. Antonio Gómez, D. Francisco Estébanez y D. Cipriano Diez se firmó en Marcilla el 24-8-1764.
Como era de esperar, en mayo de 1765 ya tenía conclído su trabajo y le pagaron los 8500 reales. Por su parte, en este mismo año y sin pérdida de tiempo, el maestro dorador: Bartolomé Basco Angulo le decoraba por 8400 reales y estofaba por otros 1900 reales, las 4 imágenes que se acababan de tallar para ocupar las hornacinas del retablo: La Asunción, S. Pedro, S. Pablo y S. Andrés.
Este retablo Mayor de Marcilla, dentro de sus proporciones normales, está entallado con mucho gusto y presenta un dorado de calidad que resalta su belleza, así como un estofado gracioso, que da vida a las imágenes y a los relieves de las tarjetas: Nacimiento, Adoración de los Reyes, Visitación y Anunciación, que destacan sobre los demás adornos del conjunto.
La imagen de san Andrés, nos recuerda a la antigua y modesta ermita a él dedicada,. Desaparecida hace más de dos siglos y medio. Con esta imagen nueva, en lugar tan destacado, seguirá su recuerdo por más generaciones.
La imagen de la Asunción, graciosa y bien lograda nos recuerda a la Patrona, que con esta advocación ya era conocida en la 2ª mitad del s. XVII, como en los siglos anteriores se la conocía con la de Ntra. Señora, simplemente o la de Ntra. Señora Santa María.
Y por último, para seguir recordando los cuadros del retablo anterior (hoy en el Museo Diocesano de Palencia) pero ahora en relieve, las imágenes de S. Pedro y S. Pablo, en representación de los apóstoles y los cuatro relieves de la historia de la Virgen, ya mencionados anteriormente.
Consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.