LA LAGUNA
Para lavar la ropa se acudía a la Laguna, que era el lugar más espacioso y a las orillas había buenos tendederos sobre la hierba, y ¡cuántas mujeres acudían!.
Una hermosa poesía dedicada a la Laguna de Narcilla, escrita por Francisco Herreros
LA LAGUNA DE MI PUEBLO (MARCILLA DE CAMPOS)
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua:
Bullía de renacuajos,
En un concierto de ranas.
Entre la ova y las mansiegas,
Gallinitas se asomaban,
Y caballos del tío vivo
Rezumbaban con sus alas.
Mientras, cigüeñas zancudas,
Atentas todo observaban,
Seleccionando comida,
Que estaba ya asegurada.
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua,
Cuando el ganado sediento,
Llegaba para besarla.
Y aquellos chopos esbeltos
Del huerto la decoraban,
Interpretando un concierto
Bullicioso entre sus ramas,
Infinitud de gorriones,
De jilgueros y calandrias,
Y al suave impulso del viento
Las hojas acompañaban.
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua,
Cuando niños y mayores
Con placer la frecuentaban.
Y en todas sus cuatro orillas,
Las mujeres con su maña,
Lavaban toda la ropa
Que en la pradera secaban.
Y en invierno por su hielo
Los niños se deslizaban,
Que querían animarla
Al verla paralizada.
¡Ay laguna de mi pueblo,
qué alegre estabas con agua,
cuando bullías de vida
y el pueblo te acompañaba!
Francisco Herreros
Para lavar la ropa se acudía a la Laguna, que era el lugar más espacioso y a las orillas había buenos tendederos sobre la hierba, y ¡cuántas mujeres acudían!.
Una hermosa poesía dedicada a la Laguna de Narcilla, escrita por Francisco Herreros
LA LAGUNA DE MI PUEBLO (MARCILLA DE CAMPOS)
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua:
Bullía de renacuajos,
En un concierto de ranas.
Entre la ova y las mansiegas,
Gallinitas se asomaban,
Y caballos del tío vivo
Rezumbaban con sus alas.
Mientras, cigüeñas zancudas,
Atentas todo observaban,
Seleccionando comida,
Que estaba ya asegurada.
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua,
Cuando el ganado sediento,
Llegaba para besarla.
Y aquellos chopos esbeltos
Del huerto la decoraban,
Interpretando un concierto
Bullicioso entre sus ramas,
Infinitud de gorriones,
De jilgueros y calandrias,
Y al suave impulso del viento
Las hojas acompañaban.
La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua,
Cuando niños y mayores
Con placer la frecuentaban.
Y en todas sus cuatro orillas,
Las mujeres con su maña,
Lavaban toda la ropa
Que en la pradera secaban.
Y en invierno por su hielo
Los niños se deslizaban,
Que querían animarla
Al verla paralizada.
¡Ay laguna de mi pueblo,
qué alegre estabas con agua,
cuando bullías de vida
y el pueblo te acompañaba!
Francisco Herreros