MARCILLA DE CAMPOS: AÑORANZAS...

AÑORANZAS

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo,
Que bullía más y más.
Proyectando su memoria,
Lo vemos con claridad:

Niños que llenan la escuela,
La plaza alborotarán,
Que si van a la laguna,
O a las eras a jugar,
El bullicio de la calle,
Pronto los delatará.

En la pared de la Iglesia,
No cesa de rebotar
La pelota disputada.
¿Son los niños? No, mirad:
son los jóvenes del pueblo,
con energía vital.

Que en estando el frontón libre,
Los niños continuarán,
Cuando unos, cuando otros,
La partida a disputar,
Porque incluso en los casados,
Hay afición de verdad.

Niños por todas las partes,
Que todos quieren jugar,
Y así un día y otro día,
Todo el año el mismo plan,
Que cuando bulle la vida,
Es la cosa más normal.

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo,
Que bullía más y más.
La proyección sigue en marcha.
¿No lo veis con claridad?

Las parvas llenan las eras,
Las mulas trillando están,
Y entre trajín y cantares,
Trilla viene y trilla va;
Que el grano que fue a la siembra,
Multiplicó su caudal.

Las vendimias en Guilera,
En la Cotorra y molar,
En la Revilla y Paterno,
Los Giles y el Colmenar:
Lagarejos a la cara,
Y los cestos al lagar.

Si en la misa del domingo,
La Iglesia tan llena está,
¿Cómo estará por la Octava,
cuando vuelvan a llegar,
caras nuevas de invitados,
que otra vez disfrutarán?

Pero dejemos la fiesta,
Es domingo ¿Qué más da
Para ver mozos y mozas,
Si el baile está a rebosar?
¿No veis que hay muchas cuadrillas,
y que todas allá van?

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo,
Que bullía más y más.
Se han pasado muchos años,
¡Cuántos faltan! ¡Es verdad!

La emoción nos sale al paso,
Imposible matizar,
Que muchos seres queridos,
Se fueron quedando atrás.
Derrocharon su cariño,
Y ya descansan en paz.

Francisco Herreros