LA ERMITA DE SAN MARCELO
Estaba situada en la explanada del alto de las bodegas. Era más consistente y espaciosa que la de San Andrés, pero no se llevaba mucho, porque también tenía las paredes de tierra, alero de madera y en su interior, en lugar de bóveda o artesonado, una cubierta de tabla a dos vertientes, sobre la que se apoyaban las tejas, y por supuesto unos maderos que hacían de tirantes. Junto a la entrada disponía de un pequeño porche. A mediados del s. XVII se dio licencia para celebrar.
Con el paso del tiempo y debido a la falta de recursos económicos, se fue descuidando cada vez más, hasta el punto de que a comienzos del siglo XX ya estaba prácticamente abandonada y sin culto alguno.
Para más información, consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
Estaba situada en la explanada del alto de las bodegas. Era más consistente y espaciosa que la de San Andrés, pero no se llevaba mucho, porque también tenía las paredes de tierra, alero de madera y en su interior, en lugar de bóveda o artesonado, una cubierta de tabla a dos vertientes, sobre la que se apoyaban las tejas, y por supuesto unos maderos que hacían de tirantes. Junto a la entrada disponía de un pequeño porche. A mediados del s. XVII se dio licencia para celebrar.
Con el paso del tiempo y debido a la falta de recursos económicos, se fue descuidando cada vez más, hasta el punto de que a comienzos del siglo XX ya estaba prácticamente abandonada y sin culto alguno.
Para más información, consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.