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LUGARES DE ENTERRAMIENTO
“Hasta 1833 lo normal era enterrar en el interior de las Iglesias, y así se hizo también en Marcilla. Pero fue en este año 1833 cuando se ordenó por parte del Gobierno, que se construyeran cementerios, porque quedaba prohibido enterrar en el interior de las Iglesias.
Como la orden era inapelable y el cumplimiento urgente, el Ayuntamiento de Marcilla, sobre quien recaía más directamente la orden del Gobierno, construyó al poco tiempo el cementerio, de forma muy modesta y por la vía rápida, con tapias muy sencillas, mas bien provisionales, hasta que con el tiempo se pudieron hacer en condiciones, de manera que el 11 de diciembre de ese mismo año 1833 se efectuó el primer enterramiento.
La primera persona mayor que se enterró en el Campo Santo, próximo a la Iglesia, donde se han seguido enterrando sin interrupción a mayores y pequeños hasta nuestros días fue, María Arconada Rodríguez, natural de Santillana y vecina de Marcilla de Campos, esposa de Tomás Blanco Martín que pasaba de los sesenta años. Fue el 11 de diciembre de 1833
Hasta entonces lo normal había sido enterrar dentro de la Iglesia a todos, incluso a los pobres de solemnidad.
También se enterró alguna vez en San Marcelo. Pero parece ser nada más que desde el 23 de marzo de 1821 al 11 de noviembre de 1822. Por orden del Gobierno Liberal, no se podía enterrar en el interior de la Iglesia, y como sucedió en muchos pueblos que tenían alguna ermita un poco distante, en Marcilla se enterró en San Marcelo, ¿dentro o fuera? Parece ser que se hacía en “el pradillo de San Marcelo”, junto a la ermita, que era lo que se solía hacer en otras partes.
Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
“Hasta 1833 lo normal era enterrar en el interior de las Iglesias, y así se hizo también en Marcilla. Pero fue en este año 1833 cuando se ordenó por parte del Gobierno, que se construyeran cementerios, porque quedaba prohibido enterrar en el interior de las Iglesias.
Como la orden era inapelable y el cumplimiento urgente, el Ayuntamiento de Marcilla, sobre quien recaía más directamente la orden del Gobierno, construyó al poco tiempo el cementerio, de forma muy modesta y por la vía rápida, con tapias muy sencillas, mas bien provisionales, hasta que con el tiempo se pudieron hacer en condiciones, de manera que el 11 de diciembre de ese mismo año 1833 se efectuó el primer enterramiento.
La primera persona mayor que se enterró en el Campo Santo, próximo a la Iglesia, donde se han seguido enterrando sin interrupción a mayores y pequeños hasta nuestros días fue, María Arconada Rodríguez, natural de Santillana y vecina de Marcilla de Campos, esposa de Tomás Blanco Martín que pasaba de los sesenta años. Fue el 11 de diciembre de 1833
Hasta entonces lo normal había sido enterrar dentro de la Iglesia a todos, incluso a los pobres de solemnidad.
También se enterró alguna vez en San Marcelo. Pero parece ser nada más que desde el 23 de marzo de 1821 al 11 de noviembre de 1822. Por orden del Gobierno Liberal, no se podía enterrar en el interior de la Iglesia, y como sucedió en muchos pueblos que tenían alguna ermita un poco distante, en Marcilla se enterró en San Marcelo, ¿dentro o fuera? Parece ser que se hacía en “el pradillo de San Marcelo”, junto a la ermita, que era lo que se solía hacer en otras partes.
Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.