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Hace unos días despedimos a Germi. Una de esas personas que llevaba a su pueblo en el corazón.
Nacido y criado en Marcilla, fue de los que en la época de los sesenta tuvo que separarse de sus raíces para emigrar a otras regiones en busca de prosperidad, pero regresando a su tierra siempre que podía.
Hombre activo, trabajador incansable que disfrutó de su jubilación cuidando de su familia, su huerta, su majuelo, su bodega… como muchos de nuestros antepasados.
Preocupado también por el quehacer municipal, durante largo tiempo fue el encargado de que en nuestros grifos no faltara el agua. En su momento el pueblo se lo agradeció con un merecido homenaje.
Cada año hemos disfrutado en la cofradía de San Isidro de su magnífica memoria, reviviendo nuestros tiempos mozos y celebrando en armonía la fiesta del Santo Patrón.
Los vecinos, los cofrades, el pueblo entero te echamos de menos.
Que la fe y religiosidad que te caracterizó como a muchos marcillenses haga que algún día nos volvamos a encontrar.
Nacido y criado en Marcilla, fue de los que en la época de los sesenta tuvo que separarse de sus raíces para emigrar a otras regiones en busca de prosperidad, pero regresando a su tierra siempre que podía.
Hombre activo, trabajador incansable que disfrutó de su jubilación cuidando de su familia, su huerta, su majuelo, su bodega… como muchos de nuestros antepasados.
Preocupado también por el quehacer municipal, durante largo tiempo fue el encargado de que en nuestros grifos no faltara el agua. En su momento el pueblo se lo agradeció con un merecido homenaje.
Cada año hemos disfrutado en la cofradía de San Isidro de su magnífica memoria, reviviendo nuestros tiempos mozos y celebrando en armonía la fiesta del Santo Patrón.
Los vecinos, los cofrades, el pueblo entero te echamos de menos.
Que la fe y religiosidad que te caracterizó como a muchos marcillenses haga que algún día nos volvamos a encontrar.