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MENESES DE CAMPOS: La foto corresponde al escudo episcopal del obispo...

La foto corresponde al escudo episcopal del obispo Don Tello Téllez de Meneses, hijo de Tello Pérez, Señor de Meneses, fue el décimo obispo de Palencia después de la restauración entre 1212-1240. Estuvo presente en la batalla de las Navas de Tolosa, 1215. Las mesmadas del obispo don Tello se distinguieron en las Navas de Tolosa, por lo cual el rey Alfonso VII mandó que adelante el escudo de Palencia junto al castillo, concedido por Fernando I, llevase una cruz.

Don Tello Téllez de Meneses fue el fundado de la primera universidad Española. A lo largo del siglo XII se generaliza la costumbre de enviar clérigos a formarse a las escuelas episcopales francesas, a finales de este siglo, ya en 1184 se impartían clases de de teología en Palencia, y de esta escuela catedralicia, donde estudio Santo Domingo de Guzmán, ya en el siglo XIII, nacerá el primer Estudio General, universidad, de la Península Ibérica, siendo su impulso el obispo Tello Téllez de Meneses con el apoyo del rey Alfonso VIII.

En la Iglesia de Meneses, a mano derecha, sobre el actual altar del Carmen, nos encontramos con la siguiente inscripción que hace referencia a los Tellos: Si queréis saber quien son lo dorados arneses hijos de la hija son del rey Ordoño de León y del Tello de Meneses.

A la luz de la leyenda escrita sobre el altar lateral del Carmen se presentaría a los Tellos como descendientes de un rico hombre de campos y de una hija del rey leonés Ordoño I. Esta leyenda dio pie a Lope de Vega para escribir dos obras de teatro Los Tellos de Meneses, Valor, Fortuna y lealtad.

Los Téllez de Meneses, que no tienen nada que ver con los primeros repobladores de la zona, son los descendientes de Tello Pérez, primer señor de Meneses, hijo de Pedro Martínez de Tordesillas, nieto de Pedro Ansurez, una de las familias de Rico-hombre identificadas con las comarcas de Tierra de Campos y de los Torozos que hacen su aparición por Meneses a mediados del mediados del siglo XII y que estarán vinculados con la zona hasta El señorío de los Tellos sobre Meneses en la primera mitad del siglo XIV. El último señor de Meneses de la casa Téllez fue Martín Gil de Meneses y Meneses que vivirá hasta 1365 en que muere en las mazmorras de Sevilla. Fue el rey Pedro I el que incorporó a la corona muchos de los señoríos de Campos, entre ellos el de Meneses a mediados del siglo XIII.

Tello Pérez, leal servidor del rey de Castilla Alfonso VIII, tenía situadas sus heredades en la frontera occidental del reino castellano siempre en litigio con el de León. Fue tenente de Grajal y Vega de Ferán Bermudez. En 1189 fue el primer tenente castellano de Melgar de Arriba o de la Frontera, cuando esta villa fue arrebatada definitivamente a los leoneses; más tarde le sucederá como tenente su hijo primogénito, Alfonso Pérez, el cual en la guerra contra León 1196-1198 ocupó Mayorga. El rey recompensó a Tello Pérez, en 1180, con exenciones de impuestos y numerosas donaciones en Tierra de Campos, indemnizándole, al apartarle de la frontera con León, con heredades en Meneses. Es en el período que se extiende entre el reinado de Alfonso VIII y Fernando III, en el que forman su señorío, reciben una serie de heredades en el valle del Angrellos, en torno a Meneses: Aguijón: Sandrones, Matallana, San Cebrián de Meneses, Santa María de Villacomancio, Iglesias de Villanueva de San Mancio, y en el valle del Pisuerga: Palazuelos. Al margen de las propiedades reciben diversos derechos jurisdicionales en Meneses, Villanueva de San Mancio, Pobladura, San Cebrián de Meneses, Villavia, Villalinverno.

Lope de Vega en su obra los Tellos de Meneses, con una idealización de Don Tello más basada en leyenda que en el dato histórico, nos presenta a una infanta leonesa que, debiendo ser entregada a los moros en virtud del tributo de las cien doncellas, al que se había comprometido el rey Mauregato, como expresión de vasallaje al emir árabe de Córdoba -las cien doncellas es una leyenda no una realidad histórica-. La princesa para evitar ser entregada a los moros, huye de la corte de su padre y busca refugio en un pueblo de Campos, Meneses, donde permanece de forma anónima durante mucho tiempo sirviendo en casa del rico del lugar. Pasado el tiempo el rey Ordoño llega de cacería al pueblo y es hospedado por los Tellos, los cuales le obsequian con una comida. La infanta, que sabía que a su padre le gustaba la malasada, un bollo de harina horneado, prepara una y en su interior introduce su anillo, el rey la reconoce, la perdona y la dio por esposa al hijo mayor de don Tello. Esta leyenda que se ha transmitido entre la gente de Meneses, y que recoge Lope de Vega, hay que relacionarla con la leyenda del tributo de las cien doncellas, presente en numerosos lugares de Campos, Carrión de los Condes en la Iglesia de nuestra Señora de Belén, cuando los toros se enfrentan a los sarracenos que venían a cobrarse el tributo y les hacen huir, así como en las cantigas de Nuestra señora que el rey Alfonso X el Sabio dedica a la Blanca de Villalcazar de Sirga.

En Meneses hasta hace unas décadas, y entre los más viejos del lugar, se localizaba la llegada de la infanta leonesa hasta Meneses por La Carrera, conocida como Camino Real Real, Este camino, en buena parte, coincidía con el actual caucel del río Cáncer.