La fotografía que presentamos hoy corresponde a un plano esquemático del término de Meneses correspondiente al Catastro de la Ensenada, realizado en 1752 por el funcionario José Velasco Valverde, vecino de Palencia, y que es el primer plano, al menos conocido, del término de Meneses.
A través del Catastros de la Ensenada podemos llegar a conocer como era aquel Meneses de hace 250 años, a algunas de sus gentes, así como sus ocupaciones y la estructura de la propiedad, muy distinta a la de hoy en día.
Se comienza definiendo a Meneses como una villa del señorío del Marqués de Montealegre y Señor de Meneses, comprendida en la antigua provincia de Palencia, que variaba bastante de la que actualmente conocemos como provincia de Palencia, que procede de la reforma administrativa de Javier de Burgos de 1833.
Comienzan las preguntas del Catastro fijando la distancia a la Capital, Palencia, 6 leguas, 33 kilómetro de hoy en día. Igualmente nos da las medidas del término 7 cuartos de legua de norte a sur, 9,600 kilómetros, y 6 leguas de perímetro, 33 kilómetros, lo cual habría que rebajar un poco, pues el perímetro del término viene a tener en torno a 22-23 kilómetros, siendo su superficie de unos 28 kilómetros cuadrados.
Se describen los límites de Meneses que son los actuales, al norte limita con Capillas y Boada, al este con Villerías, al sur con Montealegre y Palacios y al oeste con Belmonte y Castil de Vela, en buena parte la raya con Castil corresponde al despoblado de Villalimbierno, por entonces propiedad del Marques de Alcañices y por el cual pleiteo Meneses desde finales del siglo XVII para ampliar su término y tener más terreno para el pasto del ganado, litigios que fueron en vano.
Se define la composición del terreno, que es el propio de Tierra de Campos, como de “sembradura de secado” que se labra por el método tradicional en Tierra de Campos de año y vez o a dos hojas, que “produce una cosecha a dos años”, lo que implica que cada año una de la hojas se queda en barbecho, descansando la tierra. Y el terreno queda distribuido de la siguiente manera: 800 obradas de primera, 1500 de segunda, 2000 de tercera, 100 aranzadas de viñedo; 2 obradas de huerta, que producían hortalizas para el consumo y que eran regadas por pozos y norias, todavía hay algunos pozos distribuidos por el término del pueblo que reflejan este dato de “huertos regados con noria”; 18 de henar, “prados segaderos”; 8 de prados que eran utilizados para pasto del ganado por los vecinos de Meneses y que en verano se arrendaban para la trilla del “trigo y demás semillas del verano”.
En el campo había una serie de terrenos cercados, rodeados de cerca de piedra, que se utilizaban por los pastores como corral o tenada para guardar el ganado, no cobrándose nada por dicho servicio ya que el propietario del cercado se sentía pagado el abonado de las cagarrutas de las ovejas con que se enriquecía la tierra. Ahora llegamos a entender el nombre de cercado que se da a un pago del término actual de Meneses. La piedra con que se hacían los cercados, al carecer de ella el término de Meneses, se solía traer del páramo de los Torozos, en lo cual se ocupaban en las temporadas de menor actividad en el campo.
No podemos dejar de mencionar las colmenas, que las había por aquel entonces en el pueblo, y el nombre de sus propietarios: Luis Osorio con 4 colmenas, María Osorio con otras cuatro, Baltasar (…) con una colmena, cada colmena se pagaban 8 reales anuales. En el pueblo existían por aquel entonces 4 herrenes con huerto y palomar pertenecientes a Andrés Sánchez García, Manuel Alcalde, Jerónimo Fernández, Manuel Diez Romo. Igualmente existían varios corrales para el ganado y se nos da el nombre de sus propietarios: Juan García, Alonso Osorio, Antonio Alonso, Jesús Calle, Luis Osorio, Ana María Osorio, María Hernández, Juan Hernández, Mateo Revilla.
El ganado que se criaba en Meneses era el propio de Campos, el lanar, que producía lana y queso, algo de vacuno, el mular y asnal para el trabajo del campo, algún que otro caballo y cerdos para el consumo y mantenimiento de las familias
Hasta aquí el término del pueblo, vamos a ver como era el tejido human o que habitaba Meneses. Por aquel entonces el pueblo contaba con 246 vecinos incluyendo entre ellos 2 viudas, de estos 155 eran propietarios, aunque había 0tros propietarios de fuera de Meneses. Había 160 casas y no existía casa de campo ni alquería alguna en el término. Existía una cilla o panera del común, donde se almacenaba el grano que producían las tierras del Común, propiedad del ayuntamiento, y que servia para pagar a los distintos empleados, como el guarda del campo, el maestro, el médico… Una casa carnicería, que es donde los vecinos se abastecen de carne y debido a que no hay tienda en ella se adquiere los productos básicos para el vivir diario.
La Mayor parte de la población eran campesinos, labradores de la tierra, pastores de ganado lanar, aunque había otras múltiples ocupaciones molineros, en el pueblo había dos molinos harineros de una rueda cada uno que solían moler el grano para los vecinos del pueblo por lo que cobraban 2 onzas, y lo hacían a “represón”, embalsando el agua, debido al poco caudal que traía el río. Los nombres de los molinos era el molino de abajo, cuyo nombre ha quedado unido a la toponimia de Meneses y el molino de arriba.
No había mesón ni tienda ni hospital, aunque si lo hubo en tiempos pasado, llevando por nombre San Bartolomé, y aún por esas fechas se conservaba el edificio en ruinas. La renta del hospital que ascendía a 60 reales se destinaba a atender a los enfermos y pobres que llegaban hasta Meneses.
Había una fábrica de vela de sebo, cuatro maestros albañiles que se contrataban a jornal de 3 reales diarios, u carretero que cobraba 6 reales por jornada de trabajo, un maestro de primeras letras a quien el concejo, el ayuntamiento, pagaba 1.400 reales anuales; un guarda del campo que tenía un sueldo de 4 reales diarios; un guarda del ganado que cobraba 6 reales diarios y era el encargado de matar las reses y pesar la carne; un sacristán organista que tenía 2.200 reales anuales de sueldo.
No eran estas las únicas ocupaciones a las que se dedicaban las gentes de Meneses de hace 250 años. Tres vecinos del pueblo eran arrieros, y conocemos sus nombres: Santiago de la Presa que trajinaba con 3 caballerías, Ramón García de la Era que lo hacia con 5 caballerías y Antonio de la Presa con 2 caballerías. Cuatro de sus vecinos eran “embasadores”, dedicados a la compra venta de cebada y también sabemos sus nombres: Alonso García, Alonso Martín, Bernabé Romo, Domingo Alonso Ramos.
Otros oficios que se daban en Meneses eran: el de Herrador, seis pastores mayorales con una soldada de 3 reales diarios. No había boticario, pero sí existía en el pueblo un médico que percibía un salario de 1.600 reales anuales, un cirujano al que se pagaba 600 reales al año y un sangrador, el que sangraba y ponía las sanguijuelas para que chupasen la sangre que percibía por sus servicios 500 reales anuales.
Conocemos el nombre del pregonero, Manuelo González que percibía del común 70 reales, y también conocemos el que del encargado de atender el reloj, “componer el reloj”, José González, por lo que del común se le pagaban 6 fanegas de pan mediano al año.
A través del Catastros de la Ensenada podemos llegar a conocer como era aquel Meneses de hace 250 años, a algunas de sus gentes, así como sus ocupaciones y la estructura de la propiedad, muy distinta a la de hoy en día.
Se comienza definiendo a Meneses como una villa del señorío del Marqués de Montealegre y Señor de Meneses, comprendida en la antigua provincia de Palencia, que variaba bastante de la que actualmente conocemos como provincia de Palencia, que procede de la reforma administrativa de Javier de Burgos de 1833.
Comienzan las preguntas del Catastro fijando la distancia a la Capital, Palencia, 6 leguas, 33 kilómetro de hoy en día. Igualmente nos da las medidas del término 7 cuartos de legua de norte a sur, 9,600 kilómetros, y 6 leguas de perímetro, 33 kilómetros, lo cual habría que rebajar un poco, pues el perímetro del término viene a tener en torno a 22-23 kilómetros, siendo su superficie de unos 28 kilómetros cuadrados.
Se describen los límites de Meneses que son los actuales, al norte limita con Capillas y Boada, al este con Villerías, al sur con Montealegre y Palacios y al oeste con Belmonte y Castil de Vela, en buena parte la raya con Castil corresponde al despoblado de Villalimbierno, por entonces propiedad del Marques de Alcañices y por el cual pleiteo Meneses desde finales del siglo XVII para ampliar su término y tener más terreno para el pasto del ganado, litigios que fueron en vano.
Se define la composición del terreno, que es el propio de Tierra de Campos, como de “sembradura de secado” que se labra por el método tradicional en Tierra de Campos de año y vez o a dos hojas, que “produce una cosecha a dos años”, lo que implica que cada año una de la hojas se queda en barbecho, descansando la tierra. Y el terreno queda distribuido de la siguiente manera: 800 obradas de primera, 1500 de segunda, 2000 de tercera, 100 aranzadas de viñedo; 2 obradas de huerta, que producían hortalizas para el consumo y que eran regadas por pozos y norias, todavía hay algunos pozos distribuidos por el término del pueblo que reflejan este dato de “huertos regados con noria”; 18 de henar, “prados segaderos”; 8 de prados que eran utilizados para pasto del ganado por los vecinos de Meneses y que en verano se arrendaban para la trilla del “trigo y demás semillas del verano”.
En el campo había una serie de terrenos cercados, rodeados de cerca de piedra, que se utilizaban por los pastores como corral o tenada para guardar el ganado, no cobrándose nada por dicho servicio ya que el propietario del cercado se sentía pagado el abonado de las cagarrutas de las ovejas con que se enriquecía la tierra. Ahora llegamos a entender el nombre de cercado que se da a un pago del término actual de Meneses. La piedra con que se hacían los cercados, al carecer de ella el término de Meneses, se solía traer del páramo de los Torozos, en lo cual se ocupaban en las temporadas de menor actividad en el campo.
No podemos dejar de mencionar las colmenas, que las había por aquel entonces en el pueblo, y el nombre de sus propietarios: Luis Osorio con 4 colmenas, María Osorio con otras cuatro, Baltasar (…) con una colmena, cada colmena se pagaban 8 reales anuales. En el pueblo existían por aquel entonces 4 herrenes con huerto y palomar pertenecientes a Andrés Sánchez García, Manuel Alcalde, Jerónimo Fernández, Manuel Diez Romo. Igualmente existían varios corrales para el ganado y se nos da el nombre de sus propietarios: Juan García, Alonso Osorio, Antonio Alonso, Jesús Calle, Luis Osorio, Ana María Osorio, María Hernández, Juan Hernández, Mateo Revilla.
El ganado que se criaba en Meneses era el propio de Campos, el lanar, que producía lana y queso, algo de vacuno, el mular y asnal para el trabajo del campo, algún que otro caballo y cerdos para el consumo y mantenimiento de las familias
Hasta aquí el término del pueblo, vamos a ver como era el tejido human o que habitaba Meneses. Por aquel entonces el pueblo contaba con 246 vecinos incluyendo entre ellos 2 viudas, de estos 155 eran propietarios, aunque había 0tros propietarios de fuera de Meneses. Había 160 casas y no existía casa de campo ni alquería alguna en el término. Existía una cilla o panera del común, donde se almacenaba el grano que producían las tierras del Común, propiedad del ayuntamiento, y que servia para pagar a los distintos empleados, como el guarda del campo, el maestro, el médico… Una casa carnicería, que es donde los vecinos se abastecen de carne y debido a que no hay tienda en ella se adquiere los productos básicos para el vivir diario.
La Mayor parte de la población eran campesinos, labradores de la tierra, pastores de ganado lanar, aunque había otras múltiples ocupaciones molineros, en el pueblo había dos molinos harineros de una rueda cada uno que solían moler el grano para los vecinos del pueblo por lo que cobraban 2 onzas, y lo hacían a “represón”, embalsando el agua, debido al poco caudal que traía el río. Los nombres de los molinos era el molino de abajo, cuyo nombre ha quedado unido a la toponimia de Meneses y el molino de arriba.
No había mesón ni tienda ni hospital, aunque si lo hubo en tiempos pasado, llevando por nombre San Bartolomé, y aún por esas fechas se conservaba el edificio en ruinas. La renta del hospital que ascendía a 60 reales se destinaba a atender a los enfermos y pobres que llegaban hasta Meneses.
Había una fábrica de vela de sebo, cuatro maestros albañiles que se contrataban a jornal de 3 reales diarios, u carretero que cobraba 6 reales por jornada de trabajo, un maestro de primeras letras a quien el concejo, el ayuntamiento, pagaba 1.400 reales anuales; un guarda del campo que tenía un sueldo de 4 reales diarios; un guarda del ganado que cobraba 6 reales diarios y era el encargado de matar las reses y pesar la carne; un sacristán organista que tenía 2.200 reales anuales de sueldo.
No eran estas las únicas ocupaciones a las que se dedicaban las gentes de Meneses de hace 250 años. Tres vecinos del pueblo eran arrieros, y conocemos sus nombres: Santiago de la Presa que trajinaba con 3 caballerías, Ramón García de la Era que lo hacia con 5 caballerías y Antonio de la Presa con 2 caballerías. Cuatro de sus vecinos eran “embasadores”, dedicados a la compra venta de cebada y también sabemos sus nombres: Alonso García, Alonso Martín, Bernabé Romo, Domingo Alonso Ramos.
Otros oficios que se daban en Meneses eran: el de Herrador, seis pastores mayorales con una soldada de 3 reales diarios. No había boticario, pero sí existía en el pueblo un médico que percibía un salario de 1.600 reales anuales, un cirujano al que se pagaba 600 reales al año y un sangrador, el que sangraba y ponía las sanguijuelas para que chupasen la sangre que percibía por sus servicios 500 reales anuales.
Conocemos el nombre del pregonero, Manuelo González que percibía del común 70 reales, y también conocemos el que del encargado de atender el reloj, “componer el reloj”, José González, por lo que del común se le pagaban 6 fanegas de pan mediano al año.