Me llega la triste noticia de tu muerte. Covi, te hecharemos de menos. Tu
puerta siempre estaba abierta para las personas que queríamos ver la
iglesia. Y tú siempre dispuesta, con la sonrisa a
flor de piel y un amor inmenso por este bello
rincón de Morarves, dejabas tus cosas para abrir la puerta y enseñar la iglesia por dentro. Con sencillez y cariño nos mostrabas los tesoros de esta iglesia
románica. Gracias en nombre de todos los que por ahí hemos pasado.