Realmente es una pena ver cortados, mal heridos y maltratados los bosques de Robledales y Hayedos por los cuales anduve de niño, era todo un verdadero placer contemplar el Paisaje y recrearse con la avifauna y la flora existente. Recuerdo que recogiamos suculentas bellotas que los cerdos daban buena cuenta de ellas. Muñeca de la Peña quedará para siempre en mi memoria.