ORBO: Mi abuelo, a quien no conocí, se mató en las minas...

Mi abuelo, a quien no conocí, se mató en las minas en el año 34, y mi madre nació allí. De crío pasaba los veranos con miabuela, entre los trillos y el ganado, disfrutando de la libertad que para un niño de ciudad como era yo, siente por el campo.
Luego durantela adolescencia, y parte de la juventud, uno pierde el sentido de las raíces y apenas aparecía en pueblo, las hormonas y la actividad política de aquellos años, me mantenían muy atareados.
Pero un día volví y de alguna m, anera quedé para siempre pues desde entonces, cada vez que tengo dos otres días, me marcho a la vieja casa de mi abuela, llena de goteras y recuerdos, para disfrutar de la soledad de la soledad y la paz, que tanto necesito, a la sombra de estos montes que patee de pequeño y hoy disfruto en calma.
El pueblo casi desierto, pero los fines de semana se llena de antiguos habitantes y sus familias, y de quienes un día lo conocieron y nunca volvieron a marcharse del todo. Suben de Palencia, como mis vecinos Manolo y Soco, buena gente donde la haya, que levantaron su casa partiendo de la una ruina, hasta convertirla en un lugar acogedor y hermoso, al menos para nosotros.
Desgraciadamente yo vivo en Madrid, y todo es más difícil pero ni eso ni el duro clima invernal en una casa mal acondicionada y sin comodidades, han impedido que al menos una vez al mes huya a mi refugio, en busca de esa paz, que tanto necesitamos.
Aquí he escrito muchos de mis poemas, por llamarlos de alguna manera, sirvan los dos siguientes como homenaje a su Historia, su belleza, a sus vecinos y asus mineros de ayer duros y curtidos, nobles e introvertidos, a sus luchas y sus derrotas, es decir, a mis raíces.

LUNA DE CIERZO

Anochece.
Los árboles llaman a silencio.
La luz se disuelve en sombras,
mientras el Sol,
desengrado en grito de luz mortecina,
barniza de rojo el horizonte,
donde las montaña dibujan la oscuridad.

La tierra ya huele a otoño
y el viento arrecia
sobre la calma teja y gris de las chimeneas.
El cielo escribe versos negros
sobre su piel azul silencio;
los ruidos se disipan en estrellas,
puntos blanco de sueño,
cadenas de viento,
rutas de misterio.

Luna de cierzo.
La magia se resiste a ser descrita.


En Orbó, a 26 de agosto de 1998.