Ahí está...
Mi musa esquiva,
oculta en la oscuridad de la noche.
En soledad,
mi estación fugitiva,
viví, dormí, soñé
con el divino cegar de tu mirada.
¡Oh Tiempo, oh Todavía
recordatorio de grandezas,
tú me acompañas en la senda fría,
tejedor de esperanzas e impaciencias.