Yo también me acuerdo de las eras, del sol que quemaba de buena mañana y te curtía la piel, del agua de la fuente de los caños que te sabía a gloria y te daba un empujoncito para seguir, del vino con gaseosa LA PITUSA (la de las coletitas), que bebíamos sólo en verano para no beber tanta agua, de las vacas tan mansitas que había en el pueblo que trabajaban de sol a sol y que me daba mucha pena de ellas porque les picaban muchos bichos; yo mataba a todos los que podía, pero nunca pude acabar con ellos, ... (ver texto completo)