Desde este bello púlpito de la Iglesia de Payo de Ojeda, el cura Don Lucinio se oponía fervientemente a que los domingos y días de fiesta se continuara celebrando un baile en los locales del tío Voto y la señora Maria. Para conseguirlo se trajo al pueblo un proyector y a la hora del baile decidió proyectar películas en la Escuela de las Niñas, creando un auténtico cisma entre la juventud del pueblo. El que encabezó la protesta contra la pretensión de Don Lucinio fue mi primo Pedro, uno de los hijos ... (ver texto completo)