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OPINIóN
SOLANA PALENTINA
Andando espero, a Perazancas
GONZALO ORTEGA ARAGóN
LAS frases populares a veces se fosilizan y con el tiempo se pierde su origen y su razón de ser. Pero siempre hay quien un día recuerda o inventa el motivo del dicho. Y digo que recuerda o inventa porque, si a veces la exposición es válida, en muchas ocasiones las explicaciones de una frase hecha no tienen fundamento real y son absolutamente inverosímiles.
Parece ser que, al menos en algún tiempo, fue muy popular en la comarca palentina de La Ojeda el dicho popular de Andando espero... Como los de Perazancas. La explicación de la popularización de esa expresión nos la ofrece don Donaciano García Martín, en su reciente libro sobre su pueblo natal, Perazancas.
Cuenta que a principios del siglo XX se construyó la carretera de Prádanos a Cervera de Pisuerga, que supuso un buen empuje económico para la comarca, al facilitar el transporte de los productos agrícolas, sobre todo a Alar, importante centro comercial con el Canal de Castilla y el ferrocarril. Por entonces, los de Perazancas llevaban el trigo a Cervera, a la fábrica de harinas, y los demás productos, sobre todo patatas y cebada, los comercializaban por Alar.
El viaje a Cervera con el carro lo hacían los de Perazancas en un día. Pero el viaje a Alar les costaba dos días y hacían noche en la Venta a medio camino. La afluencia de ojedanos a Alar hizo que los comarcanos se conociesen y se relacionasen amistosamente. De entre todos los concurrentes en Alar, eran los de Perazancas los más lejanos y los que más prisa tenían para el regreso a sus pueblos. Así que, cuando alguien les decía que esperasen para hacer el viaje juntos, los perazanqueños solían contestar eso de «Andando espero...», para no perder tiempo, que ya los alcanzarían por el camino.
La respuesta se hizo familiar entre aquella concurrencia y quedó en el habla popular de aquellas gentes como prototipo para indicar que se espera a alguien, pero andando.
SOLANA PALENTINA
Andando espero, a Perazancas
GONZALO ORTEGA ARAGóN
LAS frases populares a veces se fosilizan y con el tiempo se pierde su origen y su razón de ser. Pero siempre hay quien un día recuerda o inventa el motivo del dicho. Y digo que recuerda o inventa porque, si a veces la exposición es válida, en muchas ocasiones las explicaciones de una frase hecha no tienen fundamento real y son absolutamente inverosímiles.
Parece ser que, al menos en algún tiempo, fue muy popular en la comarca palentina de La Ojeda el dicho popular de Andando espero... Como los de Perazancas. La explicación de la popularización de esa expresión nos la ofrece don Donaciano García Martín, en su reciente libro sobre su pueblo natal, Perazancas.
Cuenta que a principios del siglo XX se construyó la carretera de Prádanos a Cervera de Pisuerga, que supuso un buen empuje económico para la comarca, al facilitar el transporte de los productos agrícolas, sobre todo a Alar, importante centro comercial con el Canal de Castilla y el ferrocarril. Por entonces, los de Perazancas llevaban el trigo a Cervera, a la fábrica de harinas, y los demás productos, sobre todo patatas y cebada, los comercializaban por Alar.
El viaje a Cervera con el carro lo hacían los de Perazancas en un día. Pero el viaje a Alar les costaba dos días y hacían noche en la Venta a medio camino. La afluencia de ojedanos a Alar hizo que los comarcanos se conociesen y se relacionasen amistosamente. De entre todos los concurrentes en Alar, eran los de Perazancas los más lejanos y los que más prisa tenían para el regreso a sus pueblos. Así que, cuando alguien les decía que esperasen para hacer el viaje juntos, los perazanqueños solían contestar eso de «Andando espero...», para no perder tiempo, que ya los alcanzarían por el camino.
La respuesta se hizo familiar entre aquella concurrencia y quedó en el habla popular de aquellas gentes como prototipo para indicar que se espera a alguien, pero andando.