Los carteros en la
Montaña Palentina eran los encargados de entregar las cartas de los seres queridos que vivían a decenas de kilómetros los paquetes encargados de recuerdos familiares y las misivas con buenas nuevas en una época en la que no había
carreteras y los viajes se realizaban por angostos
caminos de tierra en muchos casos el oficio pasaba de padres a hijos uno de esos ejemplos es la
familia Narganes con cuatro generaciones de carteros al servicio de los vecinos del norte de la provincia
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