Este
pueblo -que es donde viví mis primeros años- conserva algunas parcelas de viñedo, de las muchas que, antaño, existieron. Y es de los pocos
pueblos de los alrededores de esta parte del cerrato palentino que tiene viñas y que, en bastantes casos, elabora el vino de manera tradicional. Hay
bodegas en dos sitios del pueblo: en el
camino de Cubillas y en el de Piña. Abundan más en el primer sitio nombrado. Y aquí está la "
bodega de los Frailes". Se refiere a los benedictinos, que tuvieron en este pueblo su
monasterio, el de
San Babilés, el cual poseía una enorme bodega. LLegaron los tales monjes a finales del siglo X. En dicha bodega monástica aun pueden apreciarse algunos de los antiguosds artilugios usados para la elabotación del vino. La
foto tiene mucha enjundia: la viña está ascendiendo a un otero, en el cual hay un colmenar, rodeado de
almendros, y la tierra blanca es tierra que por allá se conoce como "de greda". Esta foto me la mandó Lucía, con su permiso luce aquí, y a quien agradezco el detalle, porque, en esa época, no me es posible acercarme a contemplar esta delicadeza natural.