Buenos recuerdos me trae la foto. Creo que era el sitio donde mi padre tuvo la bodega. Y me acuerdo que, en esa pequeña explanada, le ayudé en más de dos ocasiones a lavar los carrales, trabajo en que él empleaba mucho tiempo, porque sabia que, de su limpieza, dependía en gran parte la bondad del vino que se había de beber.