Elogio del Bernorio. Este monte no solamente es importante por haber sido sede de poblados celtas, sede de un campamento romano, un punto estratégico en el frente norte de la guerra civil española, o yacimiento destacado en la excavaciones modernas. Tiene otras particulares menos destacadas que la anteriores pero importantes para la vida cotidiana de los habitantes de los pueblos cercanos. Sus laderas pertenecen a seis pueblos. Estos disfrutan de sus tierras cultivables. De ellas extraen frutos para la alimentación, la economía familiar, el desarrollo agrícola, los pastos del ganado, y hasta la leña para cocinar y calentar sus casas. El monte es un foco imprescindible para promocionar el turismo y reconstruir la historia de pueblos primitivos y modernos. En su base circundante surgieron cuevas de refugio y eremitorios habitados por cenobitas y ermitaños durante al alta Edad Media. La historia nos recuerda cómo desde los tiempos visigodos los cazadores practicaron la caza mayor y menor, con asiduidad. Especialmente fue muy apreciado para la caza del jabalí. Dentro del Ayuntamiento de Pomar de Valdivia los pueblos rodean este monte como centro neurálgico y de referencia por su riqueza natural y cultural. Poblados como Quintanilla de las Torres, Cezura, Porquera de los Intanfes, Helecha, Villarén y Pomar viven junto al monte y del monte, en un diálogo permanente que enriquece su historia y da sentido a sus vidas. Sobre sus grandes gestas históricas se ha escrito ya suficiente, pero su vida cotidiana contemporánea también se merece un reconocimiento y admiración.