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RENEDO DE LA VEGA: San torcuato....

San torcuato.
Su vida nos llega envuelta en leyendas y se enmarca en
la primera evangelización de Hispania, por los siete
varones apóstolicos. El apóstol Santiago viene a predicar
hacia el año 40 dc. t sólo consigue convertir a siete varones,
entre ellos Torcuato. El apóstol decepcionasdo, recibe en
Zaragoza, la visita de la Virgen. La virgen del Pilar le consuela,
le da ánimo y pide que la edifique un templo. De regreso a
Jerusalén asisten a la dormición de la Virgen, recibiendo su
bendición. Allí Santiago es decapitado y Torcuato y compañeros
recogen su cuerpo y lo trasladan a Galicia para darle sepultura.
Los varones apostólicos son ordenados Obispos en Roma y enviados
por San Pedro y San Pablo a la península ibérica. Comienzan por
Guadix, donde hayan resistencia y persecución, convirtiendo a muy
pocos. Pese a todo, logran crear una comunidad cristiana de la
que fue obispo, siendo ésta la primera diócesis española.
Torcuato sufre persecución y martirio a finales del siglo I, Y
es enterrado en Guadix, donde más tarde se levantó una basílica
visigótica para custodiar sus restos, permaneciendo allí hasta
la invasión musulmana del sigloVIII. Sus restos son trasladados
a Santa Comba de Bande (Orense), convirtiendose en lugar de
peregrinación. En el siglo X San Rosendo, obispo de Mondoñedo, los
trasladó al monasterio del Salvador de Celanova (Orense). Y al
morir quiso enterrarse junto a San Torcuato.
En 1215, año de la fundación de la abadía de Santa María de Renedo
de la Vega (Palencia), llegó desde Celanova una reliquia importante:
su brazo derecho. Fue donada D. Rodrigo Rodríguez, su mujer Dña. Inés
Pérez y la reina Doña Berenguela. Actualmente la reliquia se
conserva en la iglesia parroquial, donde recibe culto y es dada
a besar el día de su fiesta. Es copatronato de Renedo junto con el
obispo San Mrtín de Tours.
Se le representa vestido de Obispo, con mitra, báculo y con la
palma del martirio. En la diócesis hay pocas representaciones,
al contrario que en Orense, LEÓN Y zAMORA
Concédenos, Señor, llenarnos de alegría al celebrar la fiesta
del mártir San Torcuato, que murió con muerte gloriosa
derramando su sangre para confesar con valentía la muerte
y la Resurrección de tu hijo.