En uno de los últimos núcleos de viviendas tiene este enternecedor
cartel y efectivamente dentro había efectivamente dos abuelos con los que pasé un buen rato hablando de los viejos tiempos. De sus peripecias de antaño, cuando iban caminando con sus animales hasta las
ferias de Cervera para venderles. ¡Más de cuarenta km! Qué tiempos... que yo he conocido...