REVILLA DE COLLAZOS POR GONZALO ALCALDE CRESPO
Revilla de Collazos es un antiguo lugar cuyo caserío se sitúa sobre una de las terrazas del río que viene dando nombre a esta dilatada comarca del valle del Boedo. No habremos entrado en el pueblo cuando saldrá a recibirnos un ajardinado parque que comparte espacio con el frontón municipal. El centro urbano de la población se sitúa en la amplia plaza del Ayuntamiento, que se abre en torno a un pequeño jardín con fuente. No muy lejos de allí se localiza su iglesia parroquial de San Andrés, que conserva excelentes restos del que fuera un antiguo edificio del románico tardío.
Al visitar esta iglesia por fuera veremos que es un edificio que se distribuye en una sola nave de buena hechura, y mejor orientado. Claramente se aprecia que sufrió muchas modificaciones en época barroca, pues entre otras cosas se le añadieron algunas capillas laterales, la torre y un atrio, que seguramente hizo que desapareciera su fachada original. Lo más auténtico del que fuera el antiguo edificio románico lo veremos en su cabecera, pues el ábside de tambor se organiza en tres lienzos separados por dos columnas adosadas, que se elevan desde sendas pilastras hasta la altura de los capiteles que se sitúan ya cerca del alero. A través de él, discurre una imposta de ajedrezado jaqués, que realza más si cabe esta excelente cabecera románica.
Todavía allí, y en el costado del mediodía, se conserva uno de los más bellos ventanales del románico palentino, que milagrosamente se salvó de la dura reforma, pues según parece existían otros dos más muy parecidos que también se localizaban en la cabecera del ábside y que fueron cegados.
Revilla de Collazos es un antiguo lugar cuyo caserío se sitúa sobre una de las terrazas del río que viene dando nombre a esta dilatada comarca del valle del Boedo. No habremos entrado en el pueblo cuando saldrá a recibirnos un ajardinado parque que comparte espacio con el frontón municipal. El centro urbano de la población se sitúa en la amplia plaza del Ayuntamiento, que se abre en torno a un pequeño jardín con fuente. No muy lejos de allí se localiza su iglesia parroquial de San Andrés, que conserva excelentes restos del que fuera un antiguo edificio del románico tardío.
Al visitar esta iglesia por fuera veremos que es un edificio que se distribuye en una sola nave de buena hechura, y mejor orientado. Claramente se aprecia que sufrió muchas modificaciones en época barroca, pues entre otras cosas se le añadieron algunas capillas laterales, la torre y un atrio, que seguramente hizo que desapareciera su fachada original. Lo más auténtico del que fuera el antiguo edificio románico lo veremos en su cabecera, pues el ábside de tambor se organiza en tres lienzos separados por dos columnas adosadas, que se elevan desde sendas pilastras hasta la altura de los capiteles que se sitúan ya cerca del alero. A través de él, discurre una imposta de ajedrezado jaqués, que realza más si cabe esta excelente cabecera románica.
Todavía allí, y en el costado del mediodía, se conserva uno de los más bellos ventanales del románico palentino, que milagrosamente se salvó de la dura reforma, pues según parece existían otros dos más muy parecidos que también se localizaban en la cabecera del ábside y que fueron cegados.