Recuerdo, Charo, cuando era jovencito, que nos juntábamos con la gente, que también veraneaba en el pueblo, de Bilbao, y en mis recuerdos siempre nos decían que si unos u otros eramos "muy chulos"; me viene a la memoria una anécdota de un bilbaino que fué a la peluquería:
¡Oye, Pachi, vengo a que me afeites!
Pachi le contesta:
¡Muy bien, sientate que te enjabono!.
¡Oye, que no!, ¿cómo me vas a enjabonar a mí?, ¡que yo soy de Bilbao, hombre!.
Pachi, se pone a afeitarle una mejilla en seco, ... (ver texto completo)
¡Oye, Pachi, vengo a que me afeites!
Pachi le contesta:
¡Muy bien, sientate que te enjabono!.
¡Oye, que no!, ¿cómo me vas a enjabonar a mí?, ¡que yo soy de Bilbao, hombre!.
Pachi, se pone a afeitarle una mejilla en seco, ... (ver texto completo)