Yo creo Emigrao, que todos los de nuestra generación hemos tenido actitudes similares, y lógicamente como tu dices te pilló como a mí el cambio de Enciclopedia a libros de asignaturas, pero ten en cuenta que para ellos era un mundo casi insuperable conocer como lo llamaban las "cuatro reglas"; sumar, restar, multiplicar y dividir.
Si tú les hablabas de Algebra, Trigonometría, Ecuaciones, y demás temas ya les hacías un cacao mental, como en la actualidad nos lo hacen nuestros hijos, por los nuevos conocimientos y técnicas nos situan en las mismas situaciones que a nuestros padres, y es ley de vida.
Pero ellos iban cambiando como nosotros, mi padre llegó a ver partidos de futbol conmigo y mis amigos, y otra serie de deportes, cosas en antíguo inimaginables, y yo he entrado en la dinámica de comprender las actuaciones de mi hijo, dándole una confianza en sus decisiones.
Recuerdo que en cierta ocasión un amigo suyo, tuvo un enfrentamiento, según me contó mi hijo, con su padre, ambos debían de tener un carácter fuerte, y el chico se marchó de su casa, al enterarse los amigos salieron a buscarle, y la pregunta de mi hijo fué: ¿puedo traerle conmigo si lo encontramos? mi respuesta fué: toma tú la decisión que creas más oportuna, cuentas con mi apoyo.
Afortunadamente las aguas volvieron a su cauce, y no fué necesario, pero creo a mi modo de entender que esa hubiera sido una actitud que nos hubiera gustado ver en nuestros progenitores, pero la verdad es que el mundo y la sociedad están llenas de hechos aún mas relevantes que el que te he contado, lo mío es una raya en el agua.
Bueno, creo que debemos pasar página y mirar hacia adelante.
Un abrazo cordial Emigrao, y arriba el ánimo que tú siempre lo has tenido por las nubes.
un saludo para Charo, todos/as,
Eduardo.
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